CRÓNICA CAMPEONATO MADRID ABSOLUTO PC
Cuando empecé a escribir mis crónicas, me prometí que, ante todo, iba a ser sincera. Como lo he cumplido hasta el momento, y pienso seguir haciéndolo, os voy a pedir de antemano que me perdonéis. Porque mi sinceridad de hoy puede que no os guste mucho.
Campeonato de Madrid Absoluto. Isidro siempre dice que, aunque los “buenos” tiendan a olvidarse de ellos, los campeonatos autonómicos también son importantes. A la orden, jefe. Este “finde” me había apuntado inicialmente a dos pruebas: el 1500 por la mañana y el 3000 por la tarde. La primera porque el fin de semana me lo pasé muy bien jugando a mediofondista. Y la segunda porque es la distancia con la que más migas hago en la temporada de pista cubierta. Y ya sabéis, no se pueden descuidar las relaciones.
Cuando vi los inscritos, pensé que lo de pasármelo bien podía quedar para otra ocasión. El 3000 pintaba bien. Se me presentaba una buena oportunidad para darle un mordisquito a mi marca. Así que renuncié al 1500. Os voy a contar un secreto. Cuando mi madre venía a buscarme al colegio con la merienda los viernes, y debajo del papel de aluminio había un sándwich de foie gras, sentía una profunda desilusión. Con lo rico que estaba el de Nocilla. Pues este viernes, cuando vi el listado definitivo de inscritos, me sentí un poco así. Delante de un “bocata” de foie gras. Así que esta tarde me he presentado en Gallur con un sabor un poco rancio. Porque, aunque me hacía mucha ilusión ver a Tamara, Dani, Chechu, Miguel y ese cada vez mayor etcétera de personas con las que coincido en las competiciones, sabía que me iba a tocar correr sola. Y eso ya me hacía menos ilusión.
Hoy he sido Campeona de Madrid Absoluta en una prueba en la que nunca lo había sido (archivo paterno), así que supongo que quedaría muy bonito escribir que estoy contenta. Recordad. Sinceridad. No estoy contenta. Tampoco triste. No he corrido lento. Pero tampoco rápido. He corrido sola ... y estoy un poco cansada de hacerlo siempre. Sé que ganar está al alcance de pocos. Que muchos han corrido hoy, y pocos nos hemos alzado con la victoria. Hay mucha gente corriendo rápido estos días. Supongo que debe de ser más fácil cuando llevas a alguien delante. ¿Sabéis? Me alegro mucho por ellos. Especialmente cuando los conozco. Porque, aunque en la pista seamos rivales, debajo del número de dorsal hay otras personas que también están persiguiendo sus sueños. Así que me alegro mucho cuando lo consiguen. Pero, la verdad, yo también podría correr, acompañada, más rápido de lo que lo hago sola. Lo siento. Pero, como esto es lo que siento, esto es lo que escribo. Sí. Lo sé. Que corra sola no significa que lo esté. Gracias por acompañarme en el camino.
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